
Una vez pasados los 7 años a todos en algún momento de nuestra vida nos vuelve a afectar el síndrome del Colacao. No sé sabe el por qué, pero es cierto que cuando eres pequeño tienes una especie de ritual sin sentido a la hora de bebértelo.
Es una dinámica absurda pero real. A algunos les gusta tomárselo con leche caliente y ver cómo se disuelven los polvitos, a otros sin grumos. A mi personalmente me encantaba (y me encanta) con leche fría pero sin deshacer, con lo que lo único que consigo es beberme la leche sin sabor a colacao! Lo mejor llega en la mitad del vaso, donde se remueve el colacao con ganas para sacar esa especie de espumilla con grumos!!(y con la que me ganaba mil broncas de la señora Vitoria (mi pobre y sufrida abuela) por “dejar lo mejor siempre en el fondo”!!!).
Pero lo que es cierto es que todos o casi todos los mortales teníamos ese vaso o esa taza favorita en el que preparar nuestro brebaje, lo malo es que a la vez que tu vas creciendo el recipiente va empequeñeciendo!!!! Qué timo, me da igual que sea la percepción irreal que teníamos entonces de la realidad! Yo quiero mi vaso tamaño cubo de entonces!!
Luego estaban los raritos que rechazaban el colacao y se volvían pro-Nesquik. Qué poco sentido del paladar!
Para algunos la cosa se complicaba, porque había gente que se lo tenía que beber en unos determinados segundos, otros aguantando la respiración, otros con la cucharilla dentro, y algunos mojando galletas y terminado con la leche en modo papilla.
Pero no hay que olvidar los momentos “carreras”, en los que simplemente competías por el honor de ser el primero, y que solían acabar con el atragantamiento de alguien, o la leche saliendo a propulsión por la nariz de algún pobre desgraciado que no supo controlar la cantidad ideal de polvo de colacao. ¡Grandes momentos! Siempre que no te pasaran a ti, claro.
Es un vínculo muy especial que se crea entre la persona y el objeto. Qué sólo se va apagando con el paso de los años. Es lo malo de crecer, a veces olvidamos los placeres más absurdos de la vida.
La verdad es que yo mantengo mi síndrome vivo, así las mañanas se me hacen menos aburridas!
Pero tu que vas a mantener tu síndrome vivo, si no desayunas.
ResponderEliminarEn mi casa eramos unos piezas, unos de ColaCao y otros de Nesquik. Imagínate la guerra cuando se acababa uno y el otro estaba entero... ¡papaaaaá, porque a mi no y...!
Aun y todo he tenido que salir de España para darme cuenta de que el ColaCao no tiene quien le pueda hacer competencia.
no, yo no desayuno, yo redesayuno 2 veces cada mañana!! fuera de españa estamos perdidos!!! pero por eso venden esos maravillosos botes de 5kg q te puedes llevar en la maleta!;P
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